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Tres consejos para apoyar emocionalmente a los niños durante el regreso a clases

Un papá ayuda a su hija a ponerse la mascarilla antes de ir a la escuela.
Ser honestos y estar disponibles emocionalmente para nuestros niños puede ser muy útil durante el regreso a clases en medio de la pandemia. | SDI Productions/Getty Images
La psicóloga Roxy Pittman ofrece tres consejos para que los padres puedan apoyar emocionalmente a los niños durante el regreso a clases en tiempos de la pandemia de COVID-19.
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Apoyo Brindado Por

Publicado en inglés el 10 de agosto de 2021.

La COVID-19 ha causado una profunda aflicción colectiva* a muchas familias. Si bien los que tienen acceso a las vacunas quizá sientan una sensación de alivio y de esperanzas renovadas, las nuevas variantes del virus siguen representando un riesgo para las personas más jóvenes, inmunodeprimidas y no vacunadas de la comunidad.

Algunas escuelas están planeando seguir adelante con la educación presencial, pero después de la experiencia del año pasado, sabemos que todo esto podría cambiar rápidamente. Desde marzo de 2020, los padres de familia han estado luchando con sus problemas de salud mental* mientras tratan de equilibrar la educación virtual, híbrida y presencial de sus niños, de darle un hogar seguro a la familia y de que no falte el alimento.

Como madre de un niño que ingresará al jardín de infantes, el próximo año escolar es inquietante para mi familia porque todavía hay muchas cosas que se salen de mi control como cuidadora. Como parte de los preparativos para enfrentar los desafíos que se avecinan, procuré la ayuda de una experta, la psicóloga escolar bilingüe Roxy Pittman, del Área de la Bahía de San Francisco, California. Pittman es la capacitadora e instructora principal de primeros auxilios para la salud mental de los jóvenes del programa de certificación de especialistas en trauma de The Center for Cognitive Diversity,* dirigido a educadores.

A continuación se presentan sus consejos para apoyar a los niños y las familias durante el inicio del nuevo año escolar. Al final del artículo, encontrará algunas sugerencias de libros y la lista completa de recursos para cuidadores.

Sea transparente


Cuando un cuidador es honesto y brinda datos (en este caso, sobre el virus) concretos y adecuados al nivel de madurez de los niños, estos se ven beneficiados. Como dijo Pittman, “cada vez que brindamos información de una manera centrada en los niños, les damos una sensación de seguridad y control”.

Es igualmente importante hablar con los niños sobre qué haremos de ahora en adelante. Por ejemplo, hay que explicarles que el uso de mascarillas, el lavado de manos, la vacunación y quedarse en casa cuando no nos sentimos bien son formas de detener la propagación del virus y de cuidarnos unos a otros. Cuando usted comparte noticias positivas, puede ayudar a que los niños se sientan seguros y protegidos por los miembros de su comunidad.

También hay que reconocer que, para los niños, el tiempo que ha pasado desde que comenzó la pandemia se siente mucho más largo que para los adultos. Por eso, validar los sentimientos de los niños de que “hace siglos” que no han visto a cierto amigo o participado en determinada actividad puede ayudarles. Hable con su niño a menudo para saber cómo lo está sobrellevando. Algunas ideas de preguntas son:

  • ¿Cómo te sientes acerca de lo que está pasando?
  • ¿Hay algo que te gustaría contarme?
  • Hoy me siento ____. Me siento ____ porque ____. ¿Y tú cómo te sientes hoy?

Libros como A Kid’s Guide to Coronavirus / Guía de navegación del coronavirus para niños por Rebecca Growe y Julia Martin Burch, e historias sociales como Why Is Everything So Weird?* (¿Por qué todo es tan raro?) de la Biblioteca de Aceptación del Autismo Ed Wiley* pueden ayudarle a hablar sobre la COVID-19 con los niños pequeños. También puede leer Cómo hablar con sus hijos sobre el coronavirus, de PBS KIDS para Padres, para obtener más recursos como videos, juegos y actividades.

Enseñe estrategias para enfrentar problemas


Para los niños, ver que alguien enfrenta las situaciones de una manera sana les ayuda a emular ese comportamiento. Pittman dijo que esto también puede “activar las partes del cerebro que facilitan esas acciones sin siquiera participar en ellas”. Además, indicó que es importante recordar que “los niños son mucho más observadores de lo que pensamos. Por eso es tan importante que nos vean enfrentando los problemas sanamente”.

Pero ¿qué quiere decir enfrentar los problemas sanamente? Para Pittman, significa sentir que tenemos las emociones bajo control, o poder hablar de los momentos en que no sentimos que las tenemos bajo control.

Hable de las emociones. Antes de que los niños puedan entender lo que significa tener las emociones bajo control, deben saber qué son las emociones y cómo identificarlas en sí mismos. Cuando usted explora las emociones con su niño, lo empodera para que se conecte con sus sensaciones corporales y comunique lo que necesita. Miren este video de PBS KIDS sobre los sentimientos y las emociones* y pida al niño que le muestre lo que siente a través del lenguaje corporal, los gestos, las expresiones faciales y las ayudas visuales. Recuérdele que está bien no sentirse bien y que las emociones pasan, al igual que las nubes en el cielo. Estas son algunas sugerencias de preguntas y comentarios:

  • ¿Cómo te sientes en este momento?
  • ¿Tienes alguna sensación en el cuerpo?
  • ¿Me puedes mostrar dónde está la sensación de malestar en tu cuerpo?
  • ¿Necesitas espacio, un abrazo o tiempo para saltar en tu trampolín?

Explique lo que es la regulación emocional. Los cuidadores que pueden controlar sus emociones enfrentan los desafíos de una manera sana. El autocontrol* significa que podemos regular nuestras emociones, comportamiento y movimientos corporales incluso durante las crisis.

Cada uno necesita cosas diferentes para mantenerse bajo control. Se puede visualizar lo que esto significa con la idea de tener la cubeta llena.* Busquen una cubeta en la casa o pida al niño que dibuje una en papel de construcción. Usen fichas o pedazos de papel sobrante para dibujar y escribir cómo podemos llenar nuestra cubeta. Entre algunas ideas están: jugar juntos, abrazarse, ser amables, leer un libro, disfrutar de una noche de pizza, jugar con amigos virtualmente o en persona, cuidar a una mascota o dar un paseo al aire libre. Coloquen los papelitos en la cubeta o péguenlos al papel de construcción. Explíquele al niño que cuando nuestra cubeta está llena, podemos llenar las cubetas de las personas que nos rodean.

Luego, hagan una lluvia de ideas sobre actividades o situaciones que podrían hacernos sentir fuera de control y relacionen esto con tener la cubeta vacía. Entre algunas ideas están: las peleas, los cambios de planes, la sobrecarga sensorial, la frustración por algo que se sale de nuestro control, extrañar a un ser querido, perder un juego, sentirse hambriento o enfermo, o no ir a la escuela. Pida al niño que piense en lo que podría hacer para comenzar a recuperar el equilibrio cuando no se siente bien, y recuérdele algunas de las palabras y elementos visuales que usaron para llenar la cubeta. Cuando sea apropiado, involucre al niño en la creación de su propio plan de control emocional* con palabras, imágenes y recortes de revistas.

Planifique actividades que forjen ilusiones. Bessel van der Kolk, M. D., fundador de la Fundación para la Investigación del Trauma* y autor de The Body Keeps Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma / El cuerpo lleva la cuenta: Cerebro, mente y cuerpo en la superación del trauma, dijo que para reducir el impacto de la pandemia, necesitamos conexión. Somos seres humanos sociales. Como la pandemia continúa y las clases comenzarán de nuevo, es importante dedicar espacio para crear recuerdos felices con su niño. Entre algunas ideas están:

  • Pizza y películas los viernes por la noche
  • Fiestas bailables
  • Ir al parque a buscar tesoros en la naturaleza una vez por semana
  • Visitas virtuales con la abuela todas las semanas
  • Noche de juegos en familia
  • Hacer la cena juntos un día específico de la semana
  • Día de hornear (para compartir productos horneados con amigos y familiares)
  • Fiestas de pijamas en familia

Dé espacio a la aflicción

Últimamente, muchas cosas nos han estado causando gran aflicción. Desde el desempleo y la pérdida de seres queridos hasta la incertidumbre sobre el futuro: todas estas son fuentes de tristeza y dolor. Cuando pasamos por una aflicción profunda, experimentamos el ciclo de la pérdida. Los niños han estado escuchando y sintiendo esa angustia de parte de los adultos.

Cuando hablamos de trauma, podemos discutir el impacto de estos eventos en nuestros cuerpos y mentes aprendiendo sobre las neuronas espejo.* Las neuronas espejo nos ayudan a empatizar con los demás. Los científicos creen que son la razón por la que asumimos el sufrimiento de los que están angustiados (trauma indirecto). Cuanto más nos identificamos con la persona angustiada, más aumenta el trauma.

Usted puede apoyar y validar a los niños pequeños dándoles espacio y tiempo para que experimenten la aflicción en un lugar seguro y tranquilo de la casa, con iluminación tenue, frascos calmantes, música y objetos especiales como peluches, mantas suaves y regalos de seres queridos. Estas cosas ayudan a que los niños se sientan seguros y puedan sanar.

También es útil tener en cuenta cómo sanan las personas de su cultura. Pittman, por ejemplo, proviene de una familia latina donde la aflicción se maneja manteniendo el contacto y siendo sinceros los unos con los otros. “Pero para otras culturas, podría ser diferente”, dijo. En ese caso, es importante “comprender que todos sentimos y reaccionamos a la aflicción de maneras particulares y apreciar esas diferencias”.

Libros como The Rabbit Listened / El conejo escuchó, por Cori Doerrfeld, y Death is Stupid* (La muerte es una estupidez), por Anastasia Higginbotham, pueden ayudar a los niños a superar emociones difíciles y complejas. También puede consultar Plaza Sésamo en las Comunidades para obtener más recursos que ayuden a su niño a sobrellevar la situación.

Si le preocupa su niño y nota cambios anómalos en su comportamiento, como perder el interés en pasatiempos o relaciones, comuníquese con el maestro de escuela, quien podrá remitirlo al personal de apoyo pertinente (como el psicólogo o trabajador social de la escuela) para que les ayude. El pediatra de su niño también es una persona adecuada con la que puede hablar sobre sus inquietudes.

Libros mencionados en este artículo


Cover of "A Kid's Guide to Coronavirus" by Rebecca Growe and Julia Martin Burch, featuring illustrations of kids
A Kid’s Guide to Coronavirus, escrito por Rebecca Growe, máster en trabajo social, y la Dra. Julia Martin Burch, e ilustrado por Viviana Garofoli

Cover of "The Rabbit Listened" by Cori Doerrfeld featuring an illustration of a rabbit and child hugging
The Rabbit Listened, escrito por Cori Doerrfeld

  • Death is Stupid* (La muerte es una estupidez), escrito e ilustrado por Anastasia Higginbotham
Book cover of "Death is Stupid" written and illustrated by Anastasia Higginbotham
Death is Stupid, escrito e ilustrado por Anastasia Higginbotham

Recursos adicionales para cuidadores


*Libros y recursos disponibles solo en inglés

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